viernes, 11 de septiembre de 2009

Una sociedad extraterrestre

Vivir en el espacio ya es posible

Es muy posible que en pocos años cualquiera de nosotros podamos convertirnos en habitantes del espacio. Al menos, en ellos se trabaja desde la Estación Espacial Internacional (ISS), estudiando cómo reacciona el cuerpo humano en un ambiente tan “ajeno” al que estamos acostumbrados los terrícolas, y cómo se desarrollan allí los organismos vivos en general.


Por el momento esta es una experiencia que queda reservada a los astronautas profesionales, y hemos querido mostrarte algunos detalles de cómo sería nuestra vida lejos de la tierra.


Cómo es la vida fuera de la tierra

Allá los relojes funcionan de modo diferente. El tiempo no se calcula como aquí, sino que hay que guiarse por el Tiempo Universal Coordinado. Este no es otro que la zona horaria respecto a la cual se calculan los husos horarios del planeta (el horario de Canarias en invierno).


Duermen en sacos de dormir atados arriba y abajo porque, al no haber gravedad, en el espacio todo flota. También los cubiertos están sujetos con imanes y los alimentos envasados al vacío, van pegados con velero a las bandejas.


Otro de los inconvenientes de la vida en el espacio es que tienes que hacer ejercicio físico a diario, porque de lo contrario, corres el riesgo de perder masa muscular, y los huesos también se resienten. La cinta de correr o la bicicleta estática son buenos pasatiempos para un astronauta.


El agua escasea y a la hora del baño, hay que apañarse con toallitas húmedas. La orina se depura y su agua se reutiliza, y los WC funcionan con aire.


La comida es un aspecto fundamental. Estudian la posibilidad de cultivar hortalizas y criar animales para crear una colonia autosuficiente. De momento, se arreglan con latas de conservas que, previamente han sido introducidas en cámaras de baja presión, para evitar que revienten, o alimento deshidratado. Pueden condimentar sus platos con Ketchup o mayonesa, y si prefieren sal o pimienta, éstas deben ser en formato líquido. De vez en cuando, tienen alimentos frescos que les llega a través de transbordadores.


Pero también hay lugar para el ocio. Jugar a las cartas, al ajedrez, ver una película, leer un libro, tocar instrumentos musicales o incluso comunicarnos con nuestra familia y amigos es posible en el espacio porque, ¡hasta allí llegan los correos electrónicos!


Por supuesto, otra afición que se puede desarrollar sin problemas en este rincón tan lejos de nuestras fronteras, es la fotografía. ¿A alguno se le ocurre un paisaje más insólito para guardar plasmados en cientos de instantáneas?


Magia sin trucos

Y si te gusta la magia, no existe un lugar mejor para vivir que en el espacio. Las ilusiones ópticas y no tan ópticas, se suceden contínuamente y con ellas las anécdotas. Es fácil salir disparado con sólo estornudar o que la llama de una vela se vuelva completamente redonda. Y no es que David Copperfield ande cerca, sino que son algunos de los efectos que provoca la microgravedad.


Otros efectos, no tan divertidos, que produce la falta de gravedad son que el corazón aumenta de tamaño al tiempo que disminuye la cantidad de sangre en nuestro cuerpo, que se reduce la capacidad pulmonar o que los líquidos se redistribuyen de forma irregular y se nos hincha un poquito la cara.


También se analiza qué consecuencias podría tener la exposición a las radiaciones solares. Se está experimentando con proteínas en busca de nuevos medicamentos y con nuevos materiales para crear tejidos diferentes.

Razas espaciales

Otra curiosidad es que los astronautas diferencian razas espaciales. Pero no nos estamos refiriendo a especies alienígenas como el entrañable E.T o el intrépido Alf, sino a las diferentes nacionalidades de los actuales inquilinos de la ISS ( rusos, chinos, estadounidenses, canadienses y europeos), y entre los cuales tienen sus pequeñas rencillas.

Para estos aventureros del espacio, las ventajas parecen tener más peso que los inconvenientes. A nosotros nos toca esperar un poco, pero mientras nos decidimos si tenemos valor o no para realizar semejante viaje, podemos ir conociendo más noticias a través de la web de la NASA, e intercambiar impresiones con quienes sí que han hecho del espacio su segundo (o primer) hogar: Los astronautas. Hablar con ellos es posible a través de Twitter y You Tube.



Por Teresa Bernal

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