"Más empleos, menos impuestos". Ése es el lema con el que Partido Popular de Andalucía ha convocado una concentración en Dos Hermanas (Sevilla) para el próximo domingo. Personalmente, creo que este tipo de actos no sirve para nada. Concentraciones en favor del empleo, manifestaciones en contra de la guerra de Irak, gritos en contra de ETA, quedadas para protestar por la mala gestión del sistema judicial o para exigir cambios en las leyes. Sea cual fuere el motivo, pienso que el único resultado que produce es entorpecer levemente la jornada al político de turno, pero especialmente a los vigilantes del exterior del Ayuntamiento o la sede gubernamental de que se trate. Los cánticos, lemas y muestras de repulsa contra terroristas, si acaso consigue algo es la burla por parte de los etarras o del criminal de turno. Para ejemplos, el de Miguel Carcaño y compañía cuya chulería no se la quitan ni las amenazas ni los insultos que reciben a la puerta del juzgado. Total, sabe que de ahí la cosa no pasa. Huelen la impotencia de la gente de a pié, la que no puede hacer nada, sólo reunirse, esperar si acaso a verles la cara y "entretenerles" un rato. Sí, es triste, y cruel, pero con toda sinceridad, pienso que esta gente se alimenta de nuestros ridículos actos, se saben protegidos, superiores.
No hay que desesperarse, ni perder la esperanza. En el fondo, nuestros esfuerzos sí que sirven de algo, son un primer paso grande, e importante. Pero las buenas voluntades no sirven de nada si luego, no las siguen las acciones. Dice Mariano Rajoy, tras las polémicas declaraciones vertió el presidente de la CECA, Juan Ramón Quintás, acerca de la necesidad de adelantar las elecciones generales como única salida que parece viable para la crisis, que ese no es un pensamiento aislado, sino el sentir general de la población que demuestra sus ganas de luchar por salir del agujero negro en el que nos han metido (eso de "nos han metido" no lo dijo Rajoy, lo añado yo y sin señalar culpables).
Parece que sí es cierto. Los ciudadanos han decidido tomar las riendas y han convocado una cumbre para el próximo mes de diciembre, en la que está previsto que empresarios y sindicatos se reúnan con las fuerzas políticas, con todas, tanto las del Gobierno como las de la oposición. Aquí no importa el color, ni la condición, lo importante es resolver el problema, un problema que, a lo tonto a lo tonto, ha sumido en la más profunda pobreza a miles de hogares. La situación es grave. Y la unión de todos imprescindible. Ójala no quede en aguas de borrajas y los señores políticos olviden su absentismo laboral, ya convertido en costumbre, y esta vez sí que acudan a la cita, a ser posible con los deberes hechos, aunque simplemente con la asistencia yo me sentiría satisfecha. Esta vez sí que tengo esperanzas, no fueron Zapatero, ni Rajoy, ni ningún representante del Estado, fue el pueblo el que tuvo que asumir las riendas del futuro del país. Lamentable comprobar en manos de quien estamos, confirmar una vez tras otra que la política parece volvernos tontitos y olvidamos las promesas que hicimos en el programa electoral, en cuanto ganamos las elecciones. Las gane quien las gane, del virus del poder no se libra nadie. Este sí que es peligroso, y no la gripe A.
Pero esta vez, será porque la evolución humana sigue en curso y nos volvimos más inteligentes, o será porque nos tocaron el bolsillo... Pero por fin, de la mera voluntad se pasó a la acción. Un segundo paso del que por el bien de todos, esperamos que les siga un largo y próspero camino.
viernes, 25 de septiembre de 2009
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