Desde hace semanas, en las bandejas de entradas de las cuentas de correo electrónicos de cientos de sevillanos se está colando un "misterioso" mensaje anónimo en que animan a llevar acabo una curiosa manifestación. A partir del próximo día 1 de octubre, en balcones, puertas y fachadas de comerciantes y también de particulares, se alzarán crespones, lazos y banderas de color negro. El motivo es un tanto singular, se trata de protestar por la decadente situación en la que se encuentra la ciudad. El mensajero anónimo dice que "Sevilla ha muerto", habla de un Ayuntamiento corrupto, incapaz de hacer frente a los problemas como la prostitución (a plena luz del día y espectáculo del cual tampoco se libran los niños), o los gorrillas, esos que son para unos ángeles y para otros demonios que te ayudan, casi forzozamente a situar tu coche bajo amenza de hacerle un rayón si te marchas sin "saludarle" y que tienen la habilidad de sacarte un euro con la rapidez a la que un mago hace aparecer un conejo de su chistera. También se acuerda de los comerciantes arruinados por las obras inacabas e inacabables; por la peatonalización; o de los problemas de movilidad que sufrimos quienes estamos obligados a circular por Sevilla y no tenemos mucha maña con eso de la bicicleta... o que no nos dá la gana desplazarnos a pedales, vaya!. Por si fueran pocos los argumentos que nos ofrece nuestro "amigo internauta", hay un dato nuevo que añadir: El señor alcalde, ese del que dicen los sevillanos con su arte particular, que "lo único que cumple Monteseirín son años", ahora ha dicho que "No está seguro de que vaya a haber dinero suficiente para cumplir con todos los servicios municipales" y cual pirata que avista tierra, ya ha dado la voz de alarma. De momento la Cais (Confederación de Asociaciones Independientes de Sevilla) ha anunciado que piensa sumarse a la campaña de luto por Sevilla. Y apuesto a que los bomberos, quienes no cesan de reclamar respeto a su labor ya que, sólo 30 de los bomberos que trabajan en Sevilla son profesionales, también les gustaría sumarse. Y a los eternos manifestantes de astilleros la única medida que les falta por probar, después del infructuoso encierro en la Catedral y de la fallida huelga de hambre, es colocarse este lazo negro. Y a los trabajadores de transportes urbanos de Sevilla (Tussam), incapaces de hacer frente a sus deudas de años y cuya situación empeora cada vez más, ahora con la competencia del metro (alguna vez las obras finalizarán, dice que por allá por el 2020 habrá concluida otra línea), y a los usuarios, quienes avisados quedan de que para 2010 subir al autobús le costará 2 euros más. Me quedo sin espacio para citar a más afectados. La pérdida de nuestra Sevilla es una pena "demasiao grande". ¡Esto promete! Me pregunto yo, ¿Seguirá teniendo Sevilla un color especial? Al menos los sevillanos el humor no lo han perdido, esta vez un humor un poco negro. ¡Silencio, que estamos de luto!.
domingo, 27 de septiembre de 2009
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