Conocido como diamante Hope, es del tamaño de una nuez y pesa 45.5 quilates. Durante unos meses se exhibirá al desnudo, en Washington mientras le preparan su nuevo engaste, el cual fue escogido por internet de entre varias propuestas.
Pero sobre este diamante esperanza, recae una leyenda según la cual se trata de un objeto maldito. Dicen que su origen se encuentra en la India, donde se encontraba engarzado en una estatua del templo de la diosa india Sita, de la que fue robado.
Luego la mala fortuna cayó sobre cada una de las personas (algunas de ellas grandes personalidades) en cuyas manos estuvo el diamante. El rey Luis XIV de Francia lo compró a un mercader en 1669. El mercader acabó arruinado, tuvo que huir a Rusia, donde aparecería más tarde muerto de frío y comido por las ratas.
El propio reinado de Luis XIV sufrió grandes plagas y su amante quien le pidió que le entregara la joya, murió olvidada.
Años después, el diamante Hope pasó a manos de María Antonieta, esposa del rey Luis XVI. Ambos murieron en la guillotina durante la Revolución Francesa.
Tampoco la princesa de Lamballe, o Carlos Federico Guillermo, duque de Brunswick se libraron de la desgracia.
El rey Jorge IV de Inglaterra incrustró el diamante en su corona. Se volvió loco y no vivió muchos más años.
Otro al que le costó el trono y la vida fue a Abdul Hamid II, rey de Turquía.
Cayeron víctimas de la maldición personas de distintas profesiones y escalafones, como el director del Washington Post, que no tardaría en irse a la quiebra y por si fuera poco, perdió a su esposa e hijo bajo las ruedas de un carruaje.
La última familia que poseyó el diamante fueron los Mac Lean, de Estados Unidos. El hijo murió atropellado, la hija por una sobredosis de somníferos y el padre de familia enfermó gravemente de depresión. El objeto fue escondido, cerrado para impedir que volviera a traer nuevas tragedias. Hasta que veinte años después, la nieta, murió en extrañas circunstancias.
¿Crees en la casualidad? Los responsables del museo de Washington aseguran que a ellos el diamante azul, hasta el momento.... sólo les ha traído buena suerte.
Mmm... pueden ser solo leyendas para que nadie lo quiera robar, pero por sí mismo y sin historias es un objeto fascinante.
ResponderEliminarSaludos desde PTB.