domingo, 3 de enero de 2010

Microsof en busca de vida extraterrestre


Mezcla de temor y de curiosidad, de rechazo y necesidad de hermanamiento es lo que a lo largo de los años nos ha producido el fenómeno extraterrestre y la posibilidad de que exista vida inteligente en otros planetas.


No es nuevo el deseo de muchas personas de contactar con estos seres, este es el objetivo del Centro de Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre (SETI), que lleva más de 50 años buscando un modo de que podamos comunicarnos.


Y esa posibilidad es posible, según aseguran algunos ufólogos, y las tecnologías lo hacen cada vez más cercano. Fue el 15 de agosto de 1977, cuando Jerry Ehman, profesor de la Universidad del Estado de Ohio, que colaboraba en el proyecto SETI, comprobaba los registros del radio-telescopio "Big Ear". Aquélla noche no fue como las demás, el aparato tenía grabada una señal de origen desconocido. Según indicaba, aquélla señal procedía de la zona oeste de la constelación de Sagitario y alcanzaba una intensidad 30 veces superior al ruido de fondo.



Aquélla señal misteriosa, fue bautizada con el nombre de "Wow", ya que esta fue la palabra que el profesor escribió en una hoja junto al papel en que anotó los datos de la secuencia recibida: 6EQUJ5


A través de la radio, del televisor y posteriormente por medio de una pantalla de ordenador, son muchos los instrumentos empleados por los extraterrestres para intentar comunicarse con nosotros, según cuentan algunos de los contactados, y también aquéllos que desean serlo.


El problema sería que la Tierra está demasiado lejos de cualquier otro planeta y las señales que emiten nuestros equipos son muy débiles, tanto que una palabra tardaría años en llegar.


Por si sirviera de ayuda, Paul Allen, cofundador de Microsoft ha querido aportar su grano de arena a la causa, y está financiando las investigaciones de la SETI. El medio para intentar obtener estas señales, cuyos autores podrían estar enviándonos a los terrícolas mediante impulsos eléctricos, ha sido colocar una red de 350 antenas para escuchar el espacio.


Los resultados están siendo muy esperados. Ahora queda otro problema no menos importante: descifrar su código. Ya que la comunicación sólo es posible si emisor y receptor comparten un mismo código. Si dificil nos resulta a quienes desconocemos el alemán, o el chino, entendernos con un hablante de este tipo, ¿Se imaginan hacerlo con un nativo de marte, o de la luna? Quién sabe!




Fuentes: foro-cualquiera.com
noticiasinteresantes.blogcindario.com
sobreleyendas.com
El País
seti.org
paulallen.com
Imagen: pablocine.blogia.com

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