miércoles, 15 de septiembre de 2010

De prohibiciones vamos sobrados

De prohibiciones vamos sobrados, que no de soluciones.

La prohibición es el camino más fácil, más barato y que, aparentemente, otorga más dominio sobre los débiles. Lo curioso es que esas prohibiciones vengan de donde vienen, ¿O acaso no son los progresistas, los modernos, las almas caritativas salvadoras del mundo y Robin Hood de la política quienes están imponiéndonos estas normas tan absurdas? Quienes tanto odio han querido sembrar contra el dictador, al final nos está imponiendo su propia dictadura. Porque esto, (¿queda alguien a estas alturas que todavía no se haya dado cuenta?) es una dictadura.

Y además, el gobiero actual, parece llevar el claro propósito de querer aniquilar a la especie humana. Y si no, analicen su manera de proceder: no sólo han defendido la eutanasia (porque ningún ser humano debe sufrir, no nos equivoquemos), han llevado a cabo una exagerada campaña de promoción del aborto (porque el cuerpo es tuyo y nadie tiene derecho a decidir por tí), por supuesto los padres no tienen que preocuparse por lo que sus hijos hagan con su cuerpo, porque repitamos, que su cuerpo es suyo, y por si acaso a algún progenitor se le escapa una caricia, ya está ahí la justicia para defender al menor del padre tirano. El niño ya no necesita de sus padres, que en el colegio se encargarán de adoctrinarle bien para que sea un chico de bien y no escoja caminos equivocados. La educación sexual tampoco podemos olvidarla, pero eso es otro apartado.

Y digo que es otro apartado porque en su meta de aniquilar a la especie humana, los señores de este gobierno, si nos tocan el cuerpo, también nos van a tocar el espíritu y el alma: prohibido fumar porque te mueres y matas, prohibido comer porque te pones gordo. Y el sexo, tanta educación sexual, tanto condón gratis, tanto manual de masturbación y tanta homo y bisexualidad, van a conseguir que lo terminemos aborreciendo. Adiós a todos los placeres! Si no nos han matado, ya estamos muertos.

De toda la vida la gente ha fumado y ahí están los testigos mayores de 80 años, con una salud que para sí quisiera un chiquillo de veinte años.

¿Quién puede tener el corazón tan frío como para negarle una golosina a un niño? Por el amor de dios… Y si tan feo es estar gordito, ¿por qué no nos ofrecen directamente los productos elaborados bajos en grasa y azúcares, en vez de colocarlos en un rincón apartado del súper y a precio de oro como si fueran un artículo de lujo?

Luego vienen los “drogadictos” que fuman un cigarillo de vez en cuando. Si tan criminal es el tabaco, yo doy fe de que mucho más lo es el alcohol, capaz de destrozar la vida de familias enteras, y nadie hace nada al respecto, todo lo contrario, el alcohol, las copitas y los botellódromos se fomentan, que uno no lo puede pasar bien si no regresa a su casa sin saber cómo llegó a causa de su ceguera etílica, y tras haber hecho diversas payasadas.

Tampoco podemos dejarnos atrás el tema de las ideologías y la religión. ¿Por qué prohibir los símbolos religiosos y al tiempo construir mezquitas y defender el burka? ¿no es acaso más coherente permitir la existencia de ambos y así respetar la libertad de cada cual a ejercer o no sus creencias religiosas? Si es que con tanta tolerancia, nos hemos vuelto unos intolerantes.

Sería más lógico, fomentar el respeto a la diversidad cultural y favorecer el ejercicio, en la medida de las posibilidades, a todo el que se encuentre en nuestro país. Sin necesidad de prohibir su culto a los cristianos. Sería más lógico, educar a los niños y que los padres se preocupen de que sus hijos aprendan la importancia de una buena alimentación, del ejercicio y de que las golosinas sólo son un postre, un lujo de vez en cuando. Sería más loable aún que, por la salud de todos, las empresas de alimentación, fabricasen sus productos con buena materia prima, y que los integrales, bajos en grasa y en azúcares fueran lo habitual. Al fin y al cabo el sabor es el mismo y, ya está demostrado que pueden hacerlo. Entonces, ¿Por qué no lo hacen? ¿Tanto cuesta hacer las cosas bien hechas?

Sería mejor para todos, si el esfuerzo lo centrasen en concienciar a la gente sobre los efectos perjudiciales y los gravísimos daños no sólo del tabaco, también del alcohol, y de todas las drogas. Y aquí sí que el problema es gordo. Nos jugamos la salud nuestra y la de todos, porque la sociedad está enferma de tanto borracho y drogadictos como tenemos y las familias y vecinos sufren las irreparables consecuencias de que las autoridades nunca hagan nada. La mayor delinciencia viene precisamente de ahí, ¿Os suena la tan traída por los abogados "enajenación mental"?

Dictaduras hay muchas, de muchos tipos y colores. Y perdónneme, pero serán mis lentes, que yo en estos momentos y con el panorama actual, estoy viendo una.

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