Hay mujeres que, cuando son madres, dudan de la conveniencia de amamantar a su recién nacido, o alimentarle con leche artificial que hoy en día, se nos venden como una leche muy completa y nutritiva para el bebé. Sin embargo, más allá de perjuicios estéticos, lo cierto es que si los pediatras han defendido la lactancia materna, ahora un estudio de la Universidad de Granada, revela que el riesgo de sufrir cáncer de mama, disminuye a un ritmo del 4,3 por ciento por cada año que una mujer amamanta a sus hijos.
Este trabajo señala también una correlación entre la edad de diagnóstico del cáncer, el tiempo de lactancia materna y la existencia de antecedentes familiares y personales de cáncer. Por el contrario, descarta la idea de que no tener descendencia es un factor que influye en la aparición del cáncer de mama, en mujeres de ciertas edades.
Quinientas cuatro mujeres de entre 19 y 70 años, todas ellas diagnosticadas de cáncer de mama, participaron en esta investigación.
Ambos procesos, tanto el embarazo como la lactancia, influyen positivamente en la diferenciación del epitelio mamario y en la reducción de los niveles de ciertas hormonas, como los estrógenos, cuyos efectos se relacionan con el cáncer de mama. No obstante, en la actualidad no existe consenso entre los investigadores acerca del papel protector del embarazo y la lactancia frente al desarrollo del cáncer de mama en la mujer.
Fuentes: Europapress
Fuente Imagen: Embarazo10.com