jueves, 8 de septiembre de 2011

El extraño reloj biológico del pez ciego


Los organismos vivos tenemos un reloj biológico, que regula nuestros ritmos diurnos y nocturnos. El ciclo “circadiano”, como se llama este reloj biológico, se reproduce aproximadamente cada 24 horas. Lo hace incluso en ausencia de indicadores como la salida y la puesta de sol.

Una consecuencia del reloj biológico la notamos cuando viajamos a países con otros usos horarios, las personas que tiene trabajos en los que se rota turnos. En esos casos se produce, por su desfase, alteraciones en la salud, tales como insomnio, irritabilidad, y cefalea... Nos cuesta adaptarnos de nuevo al horario nuevo.

Un grupo de científicos italianos quería saber si los peces ciegos que viven en un ambiente donde no hay ciclo de día y noche, mantienen todavía un reloj circadiano que puede ser regulado por la luz. Para ello estudió a una especie concreta de pez cavernícola, que ha vivido aislado durante dos millones de años bajo el desierto de Somalia.

Y es que los peces se han convertido en modelos útiles para estudiar cómo regula la luz el reloj circadiano porque que en la mayoría de sus tejidos la exposición directa a la luz reajusta este reloj. En los mamíferos esta situación es diferente, ya que la luz regula los ritmos solo a través de los ojos.

Tras varios estudios y comparaciones de este tipo de pez cavernícola con una especie de pez normal (el pez cebra), los científicos han llegado a la conclusión de que e que el pez cavernario seguía teniendo un reloj que se podía regular por el patrón de alimentación, pero no por el de luz.

Además, el pez ciego se rige por un periodo anormalmente largo. Lo más sorprendente es que la ausencia de reajuste con la luz no se debe a la falta de ojos, sino a mutaciones de dos opsinas – las moléculas responsables de que las celulares reaccionen a la luz– que hacen que los relojes de la mayoría de los tejidos no reaccionen a las señales lumínicas.


Fuentes: Ecoticias